Mientras el bosque de Jaibazul crece, los bosques cercanos están siendo deforestados. La mayoría de las tierras aledañas son propiedad privada, así que no hay esperanza de que ninguna agencia ambiental intervenga para salvar el ecosistema.
Me preocupa que el día de mañana el bosque sea una isla en medio de un pastizal. He hecho todo lo que está a mi alcance, pero al final soy solo una persona, tratando de salvar un pedacito del mundo. Ignoro cuantos árboles más debo plantar o cual es el área mínima para que el tití cabeciblanco sobreviva si se pierden los pocos corredores ecológicos que aún quedan.
Las especies que dependen de los manglares también están en serio peligro, el manglar de Jaibazul es el único que queda en la zona.